domingo, 28 de enero de 2007

Los Buhoneros

Nuestro país siempre ha estado dividido, en ricos y pobres, especialmente, pero es ahora cuando esa división se nota más, porque ahora hay una división insólita, que va más allá de lo político, ahora es “la clase pensante” y “el pueblo”, porque sí, al parecer los que viven en urbanizaciones clase media no son pueblo.

Recuerdo en los días previos a las elecciones, cuando el candidato Manuel Rosales sacó su propuesta de “La Negra”, a mi modo de ver aquellos era un adefesio, una propuesta populista más, y así era percibida en los sectores menos favorecidos, sin embargo, el argumento de defensa de los rosalistas, al menos el más recurrido, era que “eso era lo que le gusta al pueblo”, dando por descontado que ellos, a pesar de ser venezolanos, no son pueblo.

Y es aquí donde viene la división mas profunda del país, la desconexión total de dos partes del país, que no se conocen entre sí, y que parecieran no tener mucho interés en conocerse.

Por ejemplo, participo en un foro, donde se comento la noticia de los buhoneros de la plaza Diego Arria, que a lo mejor ni sabes donde queda, yo no lo sabía, cuando me dijeron que era la misma Ciudad Saigón, fue que me enteré cual era, es ese submundo en Caracas donde se consigue de todo, pero especialmente lo relacionado con música y videos, increíblemente yo encontré allí una película que había sido estrenada hacía menos de una semana en su país de origen, EEUU, y lo mejor ¡traducida!, ¿como lo hacen?, no tengo ni idea, lo que sí sé es que ya quisiera el mercado formal una rapidez de respuesta como esa.

Lo que esta de moda, en vestido, en entretenimiento, los alimentos que no se consiguen en ningún otro lado, todo, no te molestes en buscar en las tiendas o en catálogos, tú busca entre los buhoneros para que estés al día.

En el campo político andan por la goma, quizá son los ciudadanos más concientes de lo que vale su voto, dicen que si el presidente quiere su voto para reafirmar la constitución, tendrá que tratarlos mejor, porque así por las malas, como que no podrá ser.

Si a clase “media y pensante” del país, estuviéramos tan claros como está “el lumpen que no sabe nada de nada”, a lo mejor ya hace rato que tuviéramos a nuestros políticos caminando por la goma.

Increíblemente, 20 buhoneros son capaces de cerrar una avenida sin mucho trámite, y de manifestar y llegar a donde desean, cosa que no hace la organizada oposición venezolana.

¿Y que piden los buhoneros?, espacio físico, quieren que los reubiquen en centros comerciales, grandes y cómodos, de fácil acceso, para ellos y sus clientes, con todas las comodidades de trabajo y aseo, que les permitan sindicalizarse, que se les permita pagar su seguro social y tener un plan de pensiones, acceso a la banca oficial, en fin, los informales quieren ser formales.

Así a simple vista, pareciera que “el lumpen” está mucho más claro que “la burguesía” y no solo eso, sino que pareciera que por sus venas corre la sangre del capitalismo más puro, y que definitivamente, les funciona.

Creo que esta es la demostración mas evidente de que un sistema, cuando se le permite funcionar sin regulaciones externas, termina por regularse a sí mismo.

jueves, 25 de enero de 2007

El primer y último mandamiento

I. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

II. No tomarás el nombre de Dios en vano..

III. Santificarás el día del Señor.

IV. Honrarás a tu padre y a tu madre.

V. No matarás.

VI. No cometerás adulterio.

VII. No robarás.

VIII. No levantarás falsos testimonios ni mentirás.

IX. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

X. No codiciarás los bienes ajenos.

Estos mandamientos se pueden resumir en solo dos,

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. Amarás al prójimo como a ti mismo.

Hace siglos, “alguien” decidió que 10 reglas eran suficientes para garantizar la convivencia humana, los más creyentes pensarán que Dios, los menos creyentes que un hombre sabio, es más, para algunos, hasta sobran reglas, por eso otro “alguien” las resumió en solo dos, e insisto, los menos creyentes hasta pensarán que sigue sobrando una, con la segunda basta y sobra, dirán.

Pero el ser humano ha evolucionado, la sociedad poco a poco ha tomado el papel de Dios, no solo aumentando las reglas a seguir, sino peor, conculcándole el derecho divino más elevado del hombre, el libre albedrío.

Ya los fumadores hemos pasado por la picota, hay un nuevo mandamiento, “no fumarás”, vamos, porque hay personas a las que les molesta, y los contaminamos con nuestro humo, lo que sería loable, sino fuera porque los que somos población urbana, que es donde más hincapié se ha puesto a la medida, vivimos sepultados en una cantidad increíble de metros cúbicos de mierda “respirable”, así te encuentras, en plena Avenida Baralt, en el centro de la contaminada Caracas, en la terraza de un restaurancito, donde un gran letrero de “prohibido fumar”, te mantendrá libre del molesto humo del cigarrillo de tu vecino, mientras te despachas a gusto todo el monóxido de carbono que desees de los autobuses que te pasan a pocos metros.

Claro, que tú dirás, yo no soy fumador, así que no me va ni me viene, ¡pues te equivocas!, ¿te gustan las papas fritas?, ¡ol-vi-da-lo!, la alcaldía de Nueva York trabaja en una ley para prohibir las grasas polisaturadas en sus comidas, hay que entenderlo, eso te hace daño, y la sociedad actual ha decidido que eres lo suficientemente imbécil como para no tener el poder de decidir si las comes o no.

Y la lista seguirá, ya no te dirán solo que no puedes fumar, te dirán que comer, que beber, cuando beberlo, con quien, cuando y donde tendrás sexo, en este mundo de hoy todo está reglamentado, incluso tus decisiones, no te preocupes, ya no hay que decidir, ahora todo es fácil, si tienes dudas compra un libro de auto ayuda, los hay de todos los colores y sabores, desde los que te dice como buscar un queso que han cambiado de sitio, hasta los que te dan el secreto mágico de cómo mandar a la gente al carajo, que yo creía que era tan simple como decir: “vete al carajo”, pero no, su secreto ha de tener, porque tiene que tenerlo para ameritar escribir un libro sobre ello.

Sé que suena complejo, son muchas nuevas reglas, pero en realidad, como los mandamientos, todo se reduce a una, acata el nuevo mandamiento y serás feliz, NO PENSARÁS.