sábado, 15 de diciembre de 2007

Actualizandonos con Centurión-Giovani Di Venere

Yo siempre creí que mi primer mensaje sobre mega iba a ser para cagarme de la risa de la grata experiencia que tuvieron con Web2 y Scppp, aún recuerdo cuando la solidaridad reinaba en este foro clamando al cielo (más bien a los Web) para quese produjera el baneo de la roñosa de CanCerbero, porque había sido groserísima con el queridísimo Scppp.

¡Que tiempos aquellos!

Pero Dios, alabado sea su nombre y su misericordia, no quiso que yo terminara de reír por tan truculento asunto cuando de nuevo las musas de la ironía acuden a mi.

Y es que lo dicho, nunca entendí el alborto por las leyendas de las monedas españolas de la dictadura franquista: “Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España por la Gracia de Dios”, si a mi me pareció siempre muy adecuado, porque Dios es gracioso y mucho, es mas, gracioso no, gracioso con dos cojones, para mearse de la risa es el tipo.

Bueno, como les decía, después de la esmoñada de risa por Scppp, viene a mi el ultimo chiste Divino, el panita Decurión, ¿como es que lo conocen ustedes?, ¡Centurión!, para mi casi siempre simplemente recordado como “el hijo de puta ese”

Bien, El hijo de puta ese, pongamos que, Hijue, para abreviar, tuvo un follón conmigo mucho antes de mi baneo, después de eso, Hijue, escribió al respecto de mi salida, cosa que plasmé en mi blog para ese momento, lo pueden leer aquí:
http://elabastos.blogspot.com/2007/02/centurin-giovanni-di-venere.html

En ese momento más de uno se solidarizó con la causa de Hijue, lógicamente, por los muchos sufrimientos que le produjo mi lengua viperina, ¡pobriño, Hijue!

¿Y donde esta lo risible?, ¡ya les digo!

Me imagino que ustedes han seguido lo que se conoce como el “Valijagate”, mejor conocido entre el vulgo como el choreo de los 800 mil dólares.

Se menciona a un bufete que gestiona la defensa de Antonini en el la Argentina, el bufete es “Di Venere-Maionica-Rossini-Jelambi-Balestrini & Ribeiro”, Maionica ustedes ya saben quien es, ¿para que les digo?, pero... ¿saben quién es el primerito de la lista?, ¿saben quién es Di Venere?, ¡HIJUE!, ¡si, si!, el pana Decurión, que digo, Centurión, ese mismo con el que ustedes se condolieron taaaanto por las ofensas recibidas por mi viperina lengua viperina (que como ven, con el tiempo se pone más pior)

Ahora, me surge la pregunta, no, no, la pregunta no, La Pregunta, así con mayúsculas, ¿que se siente ser tan inocente que se termina cayendo en lo ridículamente pendejo?

No tomen a mal mi risa, no es malsana, es la risa que da cuando vemos que alguien se cae, es una risa nerviosa, no me puedo reir con alegría, porque su pendejera es lo que hace que estemos donde estemos, y esa pendejera es lo que hace que MI país, el país que comparto con ustedes se esté yendo al garete.

Sí, lo sé, es un simple forista, pero es la misma pendejera, la misma que los llevó a firmar en el firmazo poniéndose en las manos de esas basuras (y poniéndome a mí, de paso), la misma pendejera que los llevó a votar por Rosales, la misma pendejera que los hace sentirse hoy felices y satisfechos por haber ganado el referendo constitucional, la alegría del idiota que ríe mientras se cae por un barranco.

Pero eso y es otra historia.

Espero, aunque no estoy segura, que los moderadores no romperán lanzas por protejer la identidad de semejante mierda (palabra correcta y oficializada por el presidente), sería el colmo que lo defendieran a la luz de lo dicho, pero si se le defendió con tanto ahínco antes, ¿por qué no ahora?, no sería de extrañar.

Actualizandonos con Centurión-Giovani Di Venere

Yo siempre creí que mi primer mensaje referente a Mega iba a ser para cagarme de la risa de la grata experiencia que tuvieron con Web2 y Scppp, aún recuerdo cuando la solidaridad reinaba en este foro clamando al cielo (más bien a los Web) para que se produjera el baneo de la roñosa de CanCerbero, porque había sido groserísima con el queridísimo Scppp.

¡Que tiempos aquellos!

Pero Dios, alabado sea su nombre y su misericordia, no quiso que yo terminara de reír por tan truculento asunto cuando de nuevo las musas de la ironía acuden a mi.

Y es que lo dicho, nunca entendí el alborto por las leyendas de las monedas españolas de la dictadura franquista: “Francisco Franco Bahamonde, Caudillo de España por la Gracia de Dios”, si a mi me pareció siempre muy adecuado, porque Dios es gracioso y mucho, es mas, gracioso no, gracioso con dos cojones, para mearse de la risa es el tipo.

Bueno, como les decía, después de la esmoñada de risa por Scppp, viene a mi el ultimo chiste Divino, el panita Decurión, ¿como es que lo conocen ustedes?, ¡Centurión!, para mi casi siempre simplemente recordado como “el hijo de puta ese”

Bien, El hijo de puta ese, pongamos que, Hijue, para abreviar, tuvo un follón conmigo mucho antes de mi baneo, después de eso, Hijue, escribió al respecto de mi salida, cosa que plasmé en mi blog para ese momento, lo pueden leer aquí:
http://elabastos.blogspot.com/2007/02/centurin-giovanni-di-venere.html

En ese momento más de uno se solidarizó con la causa de Hijue, lógicamente, por los muchos sufrimientos que le produjo mi lengua viperina, ¡pobriño, Hijue!

¿Y donde esta lo risible?, ¡ya les digo!

Me imagino que ustedes han seguido lo que se conoce como el “Valijagate”, mejor conocido entre el vulgo como el choreo de los 800 mil dólares.

Se menciona a un bufete que gestiona la defensa de Antonini en el la Argentina, el bufete es “Di Venere-Maionica-Rossini-Jelambi-Balestrini & Ribeiro”, Maionica ustedes ya saben quien es, ¿para que les digo?, pero... ¿saben quién es el primerito de la lista?, ¿saben quién es Di Venere?, ¡HIJUE!, ¡si, si!, el pana Decurión, que digo, Centurión, ese mismo con el que ustedes se condolieron taaaanto por las ofensas recibidas por mi viperina lengua viperina (que como ven, con el tiempo se pone más pior)

Ahora, me surge la pregunta, no, no, la pregunta no, La Pregunta, así con mayúsculas, ¿que se siente ser tan inocente que se termina cayendo en lo ridículamente pendejo?

No tomen a mal mi risa, no es malsana, es la risa que da cuando vemos que alguien se cae, es una risa nerviosa, no me puedo reir con alegría, porque su pendejera es lo que hace que estemos donde estemos, y esa pendejera es lo que hace que MI país, el país que comparto con ustedes se esté yendo al garete.

Sí, lo sé, es un simple forista, pero es la misma pendejera, la misma que los llevó a firmar en el firmazo poniéndose en las manos de esas basuras (y poniéndome a mí, de paso), la misma pendejera que los llevó a votar por Rosales, la misma pendejera que los hace sentirse hoy felices y satisfechos por haber ganado el referendo constitucional, la alegría del idiota que ríe mientras se cae por un barranco.

Pero eso y es otra historia.

Espero, aunque no estoy segura, que los moderadores no romperán lanzas por protejer la identidad de semejante mierda (palabra correcta y oficializada por el presidente), sería el colmo que lo defendieran a la luz de lo dicho, pero si se le defendió con tanto ahínco antes, ¿por qué no ahora?, no sería de extrañar.

lunes, 26 de marzo de 2007

Paranoicas

Lamento mucho decepcionar a las lumbreras de Megaresistencia, pero Enelmedio no soy yo, no la conozco ni de vista, ni de trato, ni de comunicación. No se quién es, de dónde viene ni a dónde va.
Lo único que a estas alturas tenemos en común las dos, es que tuvimos la mala idea de registrarnos en un antro donde se premia la mediocridad, donde la calumnia, la injusticia, los prejuicios, el falso testimonio, la hipocresía y el irrespeto a la opinión ajena, son el pan nuestro de cada día.

Acusan a los demás de pretender imponer sus puntos de vista, de creerse dueños de la razón, y en el momento en que alguien manifiesta su desacuerdo con la redacción de un estúpido documento en defensa de la libertad de expresión, lo suspenden por estar bajo sospecha de ser criticón, mandado, disfrazado o lo que fuere.
Que libertad de expresión del carajo están defendiendo ustedes??? La de expresarse a favor de cualquier desaguisado y si no, vas al paredón???

Como el par de ridículas que son, quedaron con aquello del sinónimo de Maracaná y papagayo, que a su vez rima con paraguayo, y con las frases en guaraní, usadas con el único fin de hacer creer a los demás, que se las saben todas más una, sin detenerse si quiera a buscar la información completa y no caer en la estupidez de preguntar, qué se necesita para hacer sopa paraguaya.
Me alegro mucho por ese par de cerebritos que al fin lograron parir semejantes análisis, dignos de sendos premios Nobel, por tan incalculable aporte a la humanidad…

Y qué pasaría con el repudio al uso del sarcasmo???

El colmo es esta perla, del erudito y muy querido (por la verdadera Real Comparsa), Ratón:

El forista enelmedio puede esta en su derecho a estar de acuerdo o no con el comunicado, incluso esta en su derecho a publicar el post donde coloque sus razones. A lo que no tiene razon es a cagarnos el post donde estamos recolectando firmas, lo banearon(expulsaron)? me parece bien que lo hagan - si es que lo hicieron-, porque una cosa es quejarse y otra muy distinta tratar de ridiculizar una accion colectiva que humildemente se hace desde este site.

Para mis amigos que desconocen el tema, esta oda al cerebro carcomido por el salitre mayamero, es nada más y nada menos, que en defensa de la libertad de expresión.

Si les parece el sumum del absurdo, no se asusten. Estos héroes opositores y “defensores” (así entre comillas), de mi amada patria, son tan venezolanos como Chávez, con la misma mentalidad, con las mismas influencias, con las mismas reacciones, con las mismas maneras, y por si fuera poco, se autodenominan, realmente convencidos de serlo: La Clase Pensante… Ná guará!


Como Enelmedio escribe el mismo artículo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que una vez publiqué yo aquí en este blog , la relación que estas genios encuentran entre nosotras, es obvia. Uno más uno, es dos y si pujan un poquito más, y con un poco de suerte, encuentran algo de la vergüenza que tanta falta les hace.

Contra la paranoia que sufren, lo mejor sería una dosis de materia gris y unas gotitas de CI, pero como eso no lo venden en la farmacia, Chávez hasta el 2500.

lunes, 5 de marzo de 2007

Se justifica el cierre de los foros???

Leyendo un tema que se publicó por ahí, sobre el cierre de un conocido foro de discusión política, se me ocurrió responder aquí, la pregunta que da título a dicha publicación.

Los foros de oposición política venezolana, no son más que el reflejo de una sociedad superficial, hipócrita, depauperada, autoritaria e idiota, que por algo cayó en manos de un personaje como Hugo Chávez.
En ellos, suele reunirse gente de todas las edades, niveles socio económicos, culturales, de todas partes de la geografía nacional y el mundo, para obtener un solo resultado: las ansias de protagonismo, elevadas a su máxima expresión, por el que son capaces de desinformar y alarmar, con la esperanza de aparentar ser el mejor informado, el que se mueve al más alto nivel y convertir cualquier absurdo, en el tema más popular, ganando el jalabolismo incondicional de los compañeros de lucha, con consecuencias nefastas que nadie se detiene a analizar y ay de aquel que se atreva… Será considerado manzana de la discordia que administradores y moderadores se encargaran de censurar, en pro de una supuesta paz y armonía impropia del ser humano, y más aún, cuando de política se trata.
Y así, el público de galería, clama por un pueblo que abra los ojos, cuando simultáneamente rechazan a todo aquel que llame las cosas por su nombre, pues “ese quinta columna, solo quiere desmoralizar”.
Lo aceptable es discutir la manera de espantar a los cubanos que quieren instalar bombillos con sofisticados sistemas de espionaje en todos los hogares del país, publicar noticias de prensa que se responden con más artículos de prensa, desear la muerte de todo ser humano que sea chavista, justificar el odio y la discriminación a que los obligado el gobierno y demás odas a la estupidez.
Más temprano que tarde, se acaba con aquellos que plantean para su discusión algún tema de interés, y/o con quien suela responder con criterio propio, sin influencias que complazcan a esa mayoría influenciada por demagogos de discurso bonito y sin nada en la bola.
Cuando los temas a tratar, son la escarcha que envía el espíritu santo o el manto de la Rosa Mística a los elegidos; cuando la discusión del día se basa en escupir chavistas; cuando se cuentan como una gracia los gritos de una vieja histérica a un pobre empleado de ferretería; cuando se discrimina a unos por la amistad de otros; cuando se sacrifican las libertades; se justifica el cierre de lo que paso de ser un foro de opinión, a ser una claque inservible, donde todos tienen miedo a manifestar su real parecer, por no incomodar a los más educados, a los más conciliadores, a los que no les gusta la pelea, a los que se pican porque ají comen, pero llenan de lecturas y respuestas, las estadísticas de las secciones dedicadas a tal fin.

El fin de ese foro, se veía venir, de la misma manera que se ve venir el fin de otros, los cuales van de mal en peor. No porque hayan cumplido un ciclo, sino por representar todo aquello que criticamos del gobierno autoritario y dictatorial, del siglo XXI.

miércoles, 21 de febrero de 2007

Glorioso Bravo Pueblo???

Vivimos esta vida como si llevasemos otra en la maleta.
Un puro autoengaño para pasar de puntillas por la misma,
sin importar demasiado si la vivimos, o la desperdiciamos.
Ernest Hemingway

Aportando su granito de arena a la patológica tendencia venezolana al autoengaño, encontramos en la discografía nacional, una canción que tergiversa hasta un archiconocido refrán. Y muchos son los que adoptan el corito, como su propio himno de lucha anti-castrocomunista, porque quieren creer que no hay mal que dure mil años, ni cuerpo que lo resista, y en Venezuela se quedan, porque son optimistas (Carlos Baute dixit).
La realidad es, que en la Venezuela de hoy, existe un grupo de personas que con su sueldo, honorarios o ganancias, viven bien. Con las preocupaciones por la seguridad personal y la ley habilitante, pagan un buen colegio para sus hijos, viajan en Carnaval y Semana Santa, se movilizan en carro nuevo, se comunican con la última tecnología celular, les alcanza para pagar Internet, la televisión por cable, el condominio, un mercado completo, la empleada doméstica y un poquito más. Para ellos, lo que diga la fosforito o lo que declare el fiscal general, no son razones suficientes para irse del país.
Hay otro grupo de hijos únicos, con sus padres ya muy viejitos y un alto sentido de la responsabilidad, que no les permite dejarlos solos.
También tenemos los que no tienen un tatarabuelo italiano o español, para tramitar su pasaporte de la comunidad europea, o carecen de una abultada cuenta bancaria, para optar por la visa americana, y tienen una mínima idea de lo que significa residir como inmigrante ilegal en el extranjero.
Están los que saben lo difícil que puede resultar cambiar la playa por la nieve, la arepa por una salchicha con mostaza y pan, el castellano por el inglés, la condición de licenciado, por la de Valet Parking o camarera.
Esos, son los que llaman cobardes a quienes se quieren ir y a quienes se van.
Esos, son los que dicen que con optimismo demostrarán, que somos un glorioso bravo pueblo…

lunes, 19 de febrero de 2007

Libertad

En todas las luchas, pacificas o no, que se han dado a lo largo de la historia de la humanidad, los participantes, tenían claro un objetivo, el que fuera, pero había un objetivo, los nacionalistas españoles luchaban por la unidad de España, los nazis por la supremacía de una raza, los hindúes de Ghandi por la independencia de su pueblo, los negros norteamericanos por la igualdad de derechos, todos, todos tenía un objetivo, para bien o para mal, lo tenían.

Hoy, en Venezuela, hay dos bandos, que no entraré en detalles de la superioridad numérica de ninguno de los dos, pero los hay, uno, lucha por algo que llama el socialismo del siglo XXI, y que visto desde aquí se asemeja muchísimo al comunismo de toda la vida, y los otros pelean por… ¿por qué?, ¡ah sí!, por la democracia.

¿Y que es la democracia?, podemos irnos a libros de texto que nos hablan de los griegos, o podemos hablar de la democracia moderna, del derecho al voto, pero al final de cuentas serán conversaciones académicas que poco o nada interesan al ciudadano común, para el venezolano de a pie, la palabra democracia solo lo retrotrae a una época nefasta de la historia, donde la corrupción, la desigualdad, el hambre y la miseria campeaba por campos y ciudades, mientras unos pocos se llenaban los bolsillos a expensas del dinero de todos, que como todos sabemos y nos demuestra la historia, lo que es de todos termina por no ser de nadie.

¿Cómo convencer a un ciudadano de luchar contra algo si no está convencido de sus beneficios?, ¿el estado de derecho?, el estado de derecho en este país no existe ahora, como no existió antes, si ahora hay presos políticos, antes no eran pocos los que terminaban en la morgue o la cárcel por el simple hecho de estar en el sitio equivocado en el momento impropio.

Para la mayoría, la democracia es solo un cúmulo de vicios, solo tenemos que remitirnos a las hemerotecas para ver los muertos injustamente, los ajusticiados por cuerpos policiales corruptos y corrompedores de la ciudadanía, robos impunes al dinero público, personas que morían ante la carencia de atención médica o recursos propios, niños sin estudios por escuelas carentes de todo, incluidos docentes de calidad, empleos mal pagados, pobreza, crisis, un país que progresivamente a lo largo de 40 años se fue degradando.

Es lógico que con los años, y al no ponerle reparo a la situación, esta se haya agravado con el tiempo, escomo tener un catarro y no prestarle atención, sin cuidados y abusando del organismo, eso termina en pulmonía, fijo.

Salir de Chávez no es un argumento por si mismo, al menos no si no existe un argumento por el cual cambiarlo, y ese argumento no puede ser lo que había, porque dentro de su ignorancia, el pueblo en general no es tonto, y sabe o al menos intuye, que lo que había es precisamente lo que nos trae a los que hay.

Instintivamente el ciudadano común se rehúsa a luchar inútilmente, y sabe que solo salir de Chávez, es eso, una lucha inútil, que solo le llevará en el mediano o quizá hasta corto plazo a estar exactamente en la misma situación, entonces, ¿para qué luchar?, nadie en su sano juicio se limpia los dientes antes de comer, eso es inútil, se lavan después, porque sabes que vas a comer, y los vas a ensuciar, así que después de comer los limpias.

Entonces, ante todo necesitamos no un líder, se necesita una idea, un motivo, las ideas son inmortales, una idea no se puede apresar, no puede morir, no tiene fronteras ni límites, la idea se sustenta a sí misma. El líder es otra cosa, el líder necesita de la idea para tener el liderazgo, y el líder es mortal, es apresable, es extrañable, la idea no, la idea puede vivir sin el líder, no así el líder sin la idea.

Es necesario que propongamos una idea, una idea que sea manejable por el ciudadano común, que le toque lo que realmente le interesa, que le motive y esa idea no puede ser otra cosa que la libertad, pero para llegar allí, hay que decirle como y porque la libertad es buena para él.

Al ciudadano lo que le interesa es vivir bien, alimentarse bien, estar cómodo, tener acceso a atención médica preferiblemente de calidad, estudios garantizados para sus hijos, seguridad personal, poder trabajar sin temor a ser asaltado o peor, ser asesinado, que sus hijos puedan salir, estudiar y divertirse sin el temor de no volver a verles, ¡esas son las preocupaciones de la ciudadanía!, al venezolano de a pie le importa un cuerno el imperialismo yanqui o la dictadura cubana, lo único que le importa, es vivir, y vivir bien.

Esto sólo es posible en libertad, y eso hay que decirlo, eso hay que explicarlo.

Vivimos ahora una carencia de alimentos, es que ya no se trata de tener dinero (que el gobierno actual se encargo de sacar a la calle en cantidad) o no tenerlo, ahora se trata de que con dinero o sin el, sencillamente no tenemos acceso a muchos producto básicos, no hay azúcar, no hay sardinas ni enlatadas y frescas, no hay huevos, no hay leche, no hay pollo, y en vías de desaparecer la carne vacuna, ¿Qué comeremos? Y lo que más nos preocupa, ¿Qué le daremos de comer a nuestros hijos?

Darle respuesta a estas preguntas es urgente, pero hacer algo para que no suceda nunca mas, es muy importante. ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Llegamos por ignorantes, pero algo debemos aprender de esta cruda lección, los distintos gobernantes que hemos tenido, han apelado al controles de mercado porque en el fondo nosotros mismos se lo hemos pedido, a cada control de precios aplaudíamos con entusiasmos, diciendo “que se vea que aquí si hay gobierno”, el problema es que no nos dimos cuenta que nos íbamos convirtiendo paulatinamente en esclavos de nuestro propio gobierno, hoy, en Venezuela, hay un gobierno que tiene un pueblo, y no como debería ser, un pueblo que tiene un gobierno.

La tan cacareada Ley de Tierras y la lucha contra el latifundio, solo consiguió crear pánico en los grandes y medianos productores, y no se consiguió ni una justa distribución de las tierras, ni se incentivó la labor del pequeño agricultor o ganadero, por el contrario, empresas grandes y rentables, fueron desmembrados para ser convertidos en pequeños conucos, por supuesto, este pequeño conuquero tiene unos costos de producción más altos que los de un gran agricultor, sin embargo, tanto al pequeño como al grande se le imponen un límite de precio, que está la más de las veces muy por debajo del costo.

Es sencillamente imposible, no se puede vender más barato de lo que compra, porque no hay ganancia, y si no hay ganancia, el productor no puede vivir.

Así, llega el momento en que nadie produce, y simplemente no hay mercancía que vender, ni a precios regulados ni a ningún otro.

Pero los políticos de caviar, esos que no saben hacer otra cosa que hablar de cosas que ni se entienden en la televisión y en fiestas lujosas, no se molestan en explicar estas cosas, no sé sí porque al final no las saben y hablan lo que hablan para tapar su ignorancia, o porque algún interés tienen en que no seamos libres.

Solo en la medida que seamos capaces por nosotros mismos reproducir bienes y servicios de calidad y a un buen costo, que seamos productivos, que generemos dinero para poder costearnos una buena atención médica, una buena educación para nuestros hijos, viviendas dignas, en esa medida seremos libres, libres de elegir, no tengo porque conformarme con la casa que me dé el estado, podré comprarme la casa que quiero, donde la quiero y como la quiero, que mis hijos tengan la educación que deseo, comprar y producir como yo lo decida y sin restricciones.

Los venezolanos no queremos que nos den una vida mejor, para empezar, no aspiramos a ello porque está comprobado que el estado es incapaz de hacerlo, pero aspiramos a que nos den la libertad suficiente para lograr por nosotros mismos una vida mejor.

El pueblo venezolano está allí, atento y esperando solo a que alguien le diga como lograr lo que quiere, ¡ser libre!

domingo, 18 de febrero de 2007

El Control de Precios

Con frecuencia se dice que el problema de Venezuela, es la ignorancia, yo diría más bien que es la carencia de sentido común y el repetir como loritos lo que escuchan.

El otro día, en el supermercado, escuché una frase de antología, y lo peor, una frase muy común, “el gobierno de xxx fue muy bueno, porque el impuso muchos controles de precios”.

Como para el común de los mortales un control de precios es bueno, pues resulta ser una medida popular, que no es tal, es más bien populista y sumamente perjudicial precisamente para quien primero la aplaude, el pueblo.

Los controles de precios, son en el corto plazo, desastrosos, desincentivan la producción, generan escasez y desempleo, lo que termina en que poco importa que el precio del producto este controlado, el pueblo no tiene forma de acceder a el, bien porque no tiene dinero para adquirirlo o sencillamente porque el producto no se encuentra en el mercado.

En estos momentos existe una gran carencia de muchos productos, todos básicos, leche pasteurizada, azúcar, sardinas enlatadas y frescas, huevos, caraotas, pollo, carne vacuna, y seguirán desapareciendo productos.

¿Cómo se soluciona esto?, simple, dándole libertad al mercado, levantando los controles, y es esa la única forma de promover realmente los buenos precios, y la abundancia de productos.

El problema con la carne es simple, al carnicero le llega la carne a 10.800, pero esa carne hay que limpiarla, se le sacan los huesos, que pesan mucho, hay que eliminar el grueso de la grasa, una vez que se hace esto, entonces la carne ya ronda los 13 mil, a eso hay que sumarle el costo de alquiler o condominio del local donde se expende, empleados, luz, el costo de mantenimiento y depreciación de los equipos de conservación.

Entonces, ¿Cómo se supone que los carniceros puedan vender la carne a 11 mil y tanto?, y suponiendo que lo hicieran, llegará el momento en que será imposible hacerlo, se quedarán sin dinero para pagar empleados, ni local, y finalmente, se quedarán sin dinero para comprar carne, y si no la tienen, no la pueden vender.

Al final, lo que fué tomado como una “excelente medida gubernamental”, termina en carias personas sin empleo, y por lo tanto sin dinero para comprar carne, ni a precio libre ni a ninguno, un comerciante quebrado en las mismas circunstancias, y “el pueblo”, sin carne.

Y me pregunto lo de siempre, ¿Dónde esta el beneficio de los pollos beneficiados?

viernes, 16 de febrero de 2007

El Veneno

Me piden que me ría de las excentricidades del fiscal al decir que el muchacho que se acerco a Chávez lo quería envenenar, me piden que coree un ¡que ridículo!

No puedo, y no puedo porque después de haber escuchado que a Rosales lo secuestró el alto mando, se le llevaron a la bebita, le amenazaron la familia, y por eso él “se dejó ganar”, después de oír que están poniendo bombillos con complicados sistema de espionaje en casa de pendejos que hacen lo que solemos hacer los pendejos, hablar paja sin pasar de ahí, después de oír que Fidel se ha muerto por cienputesíma vez, oír que al agua le están poniendo burundanga para atontar a la población, después de oír cualquier cantidad de idioteces por parte de la oposición, pues…

Parece mentira, pero las idioteces chavistas, ya me parecen normales, en este país donde no cabe un tonto más, ya cualquier comentario bobo parece normal.

Los unos jugaron rojo con Chávez y los otros piragua con Rosales, ¿que pueden criticarse los unos a los otros?.

Para los más jóvenes, que quizá no sepan que son los juegos de rojo y piragua, pues explico:
ROJO, tú te agachas y yo te cojo.
PIRAGUA: igual que rojo, pero bajo el agua.

jueves, 15 de febrero de 2007

Sobre la libertad de expresión

En la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se encuentra lo siguiente:

- La libertad de expresión en todas sus formas y manifestaciones, es un derecho fundamental e inalienable, inherente a todas las personas. Es además un requisito indispensable, para la existencia misma de una sociedad democrática.
Todas las personas, deben contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar e impartir información por cualquier medio de comunicación sin discriminación, por ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de cualquier índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u cualquier otra condición social.

- La censura previa, interferencia o presión directa o indirecta sobre cualquier expresión opinión o información difundida a través de cualquier medio de comunicación oral, escrito, artístico, visual, o electrónico deber estar prohibida por la ley. Las restricciones en la circulación libre de ideas y opiniones, como así también la imposición arbitraria de información y la creación de obstáculos al libre flujo informativo, violan el derecho a la libertad de expresión.

Podríamos inferir entonces, que cortar, mudar, y/o borrar respuestas en un foro de discusión, viola el derecho a la libertad de expresión.
Sugerir que algunas personas deberían abstenerse de opinar por su ubicación geográfica, viola el derecho a la libertad de expresión
Amenazar con suspensión o suspender a un miembro de la comunidad, con o sin advertencia, temporal o definitivamente, por no estar de acuerdo con el contenido de su opinión, por la forma de expresarla o cualesquiera sean las causas, viola el derecho a la libertad de expresión.
Cuando un webmaster cambia el titulo de un tema, para llamar a su autora, Cacatúa aburrida buscando hobby, o cuando un moderador responde con imágenes explícitamente soeces y lascivas, mal podrían esperar que impere el respeto entre el resto de la comunidad y mucho menos tendrían el derecho moral de discriminar las formas de expresión de sus miembros.


Más patético resulta aún, cuando se anuncia con bombos y platillos la expulsión de un ente desestabilizador, a quien conculcaron el derecho a réplica, y el agradecimiento generalizado por tan digna acción, de personajes que por solidaridad usan como firma y avatar, la imagen de un canal de televisión contra quien el gobierno pretende hacer exactamente lo mismo.
Quizás ahora entiendan que Chávez cierra a Radio Caracas Televisión, por la misma razón que Megaresistencia expulsó a CanCerbero y me suspendió a mí, con la anuencia de chavistas y megaresistentes.

Claro que ustedes no lo van a admitir jamás, porque tienen una fascinante tendencia al autoengaño. Buscarán las diferencias (que las hay), para justificar esa esencia autoritaria y abusadora, que parece caracterizar al venezolano, asi sea presidente, o ama de casa.

lunes, 12 de febrero de 2007

Centurión-Giovanni Di Venere

Bien, como la mayoría de ustedes vienen de Megaresistencia, entenderán lo que voy a escribir, de todas las respuestas, unas en apoyo, que se agradecen, hasta otras de alegría por mi salida, que me llevan sin cuidado por provenir de seres que malamente se saben limpiar el rabo, hay una sola que pienso contestar, por venir de quien viene, que no es de un estúpido, sino de una soberano cabrón, coparticipe conciente de la tiranía que vivimos, y el cual por esa participación cobró, espero que muy bien, porque ya que vendió la patria, su patria, MI patria, espero que no lo haya hecho por dos lochas.

Ese malnacido cabrón, escribe sobre mi salida:

Entonces, Marcus, no sabes lo que significaba realmente esa lengua viperina.

Yo me la tuve que calar por varios años, hasta que opté simplemente por DEJAR DE POSTEAR. Eso se llama COARTAR LA LIBERTAD DE EXPRESION, que era en definitiva lo que lograba CanCerbero con ese comportamiento en este y otros Foros del pasado y del presente.

Pero al margen de eso, y a pesar de las brutales agresiones de las que fui objeto por parte de ella y de ciertos acólitos suyos, no comparto --aunque respeto-- la decisión de Webmaster y MODs de sacarla definitivamente del Foro.

Saludos
_________________
Centurión

Bien basandome en mi opinón y recuerdos de algunas corversaciones publicas y con testigos, contesto esto y no otros comentarios, a lo mejor mas fuertes, porque los demás para mi no dejan de ser niños malcriados, personas que quizá por inocencia, quizá por ignorancia, quizá por desesperación, se han dejado manipular en un momento dado.

Pero no el señor Centurión, Giovanni Di Venere, el que vendió a su país, no por inocencia, ni por desesperación, ni por ignorancia, sino simplemente por dinero.

El formó parte activa de aquel instrumento de traición que fue la Coordinadora Democrática, allá por los ya lejanos días del firmazo, y a saber si lo es aún, que es lo más probable.

Mas de 4 millones de ciudadanos, con toda la inocencia del mundo, fueron a meterse en una lista que resulto ser nada más y nada menos que un instrumento de tortura para el mismo pueblo, una lista de discriminación, para los firmantes y sus familias, una lista por la que aún se derraman lágrimas y sangre, y que tiene padres, y uno de esos padres es ni más ni menos que el señor Di Venere, más conocido por ustedes como Centurión.

El era en ese entonces asesor jurídico de la Coordinadora Democrática, el estuvo de acuerdo con desaparecer firmas para “evitar un derramamiento de sangre”, según me reconoció luego, todo en nombre de lo que el llama la “politika”.

Y yo no sé que entiende el por “polítika”, para mi fué ni más ni menos que una traición, y de las gruesas, una traición que devino en la cárcel para alguno algunos, la perdida del empleo y medio de sustento para otros, el fin de toda una vida de trabajo, la discriminación de sus hijos, la cercenación de los derechos, no de cientos, ni de miles, sino de millones de venezolanos, que hoy son perseguidos con saña en su propia tierra.

¿Qué es el gobierno tirano el que usa la lista?, ¡sí!, pero no es menos cierto que fueron esos malnacidos, los que le vendieron, si, vendieron la lista al gobierno, ellos y no el gobierno fueron los creadores y proveedores de esa lista maldita para el pueblo venezolano.

Y no es un problema de foros, no, mi problema con Giovanni Di Venere, es personal, tan personal como es mi problema con Rosales, o con Chávez, a los que tengo por alimañas en mala hora venidas, culpables de la hora menguada que vive mi patria.

Y que ahora se hace cruces porque yo, con mi verbo violento, resulta que le “coarto su libertad de expresión”, ¿y la libertad de millones de venezolanos que tu coartaste con tu acción traidora Giovanni?, y que digo libertad de expresión, ¿sabes los millones de vida que torciste?, ¿las vidas que destruiste?, ¿las familias que separaste?, ¿los hijos que hoy por TU culpa viven lejos de sus padres?

Hoy Giovanni, te quejas por los brutales ataques de mi parte que has recibido de mi en el pasado, ¿y el brutal ataque TU te prestaste a hacerle al pueblo venezolano?, ¿tú crees que tienes derecho a quejarte porque te saquen la madre?, tú, que entregaste al tirano a tus compatriotas, ¿crees que puedes quejarte de que hoy sean tus datos los expuestos?, pues mira que te digo: ¡JODETE!, tú y toda tu maldita tribu se pueden ir muy largo a la mierda con su “polítika” y la madre que los parió en mala hora.

No Giovanni, no te quejes en el foro, lo mío contigo no es de foros, no es que “me caes gordo”, es que tu traición la tengo aquí guardada y te la perdono el día que te mueras tú o me muera yo, del resto, que te perdone Dios, si es que Dios perdona al que vende a sus hermanos.

Centurion, o más bien Decurión, como yo le digo.

Giovanni Di Venere , alias Centurion, aquí les dejo los datos de ésta joyita.

Nombre completo: Giovanni Di Vénere Fanelli
Cédula= V6020310
Celular= 0414-3257786

Abogado, pero bastante malo.

¿De dónde saqué su información? Simple, hace bastante tiempo, éste mamarracho sacó información falsa sobre un forista llamado Remart. Dió información personal sobre ése forista además de decir que era dirigente de un circulo bolivariano en españa. Este forista, se dedicó a averiguar sobre Centurión. De esa manera el consiguió su nombre. Tiempo después, el idiota de Centurión, tuvo a bien meterse en peos conmigo. De tal manera que le pregunté a Remart que sabía de éste personaje. Remart sólo me dijo tres palabras: "Giovanni Di Vénere"

Con eso me fué suficiente, bastaba buscar en Internet. Si en google colocan: di-venere-giovanni
Conseguirán todo, al menos en parte. Les voy a indicar el camino, para que ustedes encuentren lo que está a la vista.

Primero introduzcan en google el texto que les indiqué antes. Encontraran un documento donde aparece su nombre junto con su cédula.
Ahora con la cédula, pueden saber mucho más. Por ejemplo, pueden ir a la lista maisanta, y descubrir su dirección, les acoto que creo que es la dirección de su señora madre.
También pueden seguir buscando en Internet y encontrar su número de celular e incluso sus querellas legales, en las que se sustenta mi suposición de que es un abogado malazo.

Si el asesor legal de Adriática de Seguros es él.

¡Que les puedo decir! Busquen y encontraran.


Bueno Giovanni, eres un maleducado, no me contestaste el teléfono. Te llamé al 0414 3257786
Saludos Centurion.

De Linda, a los Webs de Megaresistencia

Por medio de la presente, solicito la inmediata y definitiva eliminación de mi cuenta en Megaresistencia, por considerar que la administración ha marcado una gran distancia, entre lo que predica y lo que hace.

No sólo he sido testigo de cómo se les permite a unos, lo que a otros se les señala como falta, sino que ahora sufro en carne propia, una suspensión, de la cual no fui advertida ni informada, con el agravante de no poder enterarme de la situación, ni siquiera cuando el forista Popopaga pregunta publicamente por mi, sin obtener una respuesta de las mismas caracteristicas.

Si es que acaso, las respuestas de Scppp son aceptables y las mías no, entonces no me cabe la menor duda de que mi membresía en Megaresistencia, sobra.
Si es que acaso asocian a Linda con Cancerbero, y por eso estoy ahora pagando lo que ustedes consideran sus culpas, entonces estarían incurriendo en un grave error, que vendría a confirmar la incompatibilidad de sus principios y los míos, que a su vez, sería razón suficiente para asumir, que mi cuenta en el foro, sobra.

A la espera de que mi solicitud sea prontamente atendida, me despido no sin antes desearles, todo el éxito que les puedan ofrecer, los reiterados pero educadísimos insultos de Er Filósofo de la Pastora, los profundos análisis de Chalalamata, Penélope Glamour y alanabermudez, y todo el provecho que puedan sacar de los copy & paste de Cramer y Kublai Khan. Todo, dentro de los márgenes de respeto y tolerancia que aplica para unos y para otros no.


Atentamente

Linda

viernes, 9 de febrero de 2007

Respuesta a un charnego ofendido

Cancerbero dijo:

Me niego a decir que "eso" es un idioma y aunque lo fuera, amar lo que se dice amar, esos ni a su madre (a menos que se la dejen a buen precio).

Scppp dijo:
Es probable que muchos no tengan ningún sentimiento acerca de la lengua que hablan de cuna, es probable que también sientan admiración por alguna lengua extranjera, estas suelen ser, por lo general, el ingles o el francés.

Hay cosas que solo denotan una gran ignorancia y esa se demuestra cuando no logran entender un sentimiento que forma parte de un pueblo y que por eso no ha podido ser destruido.

El pueblo catalán, y también los ricos, siempre lo hablaron a pesar de las prohibiciones impuestas por la dictadura y no se avergonzaban de hablarlo, no como otros pueblos que se ríen y menosprecian a sus campesinos cuando no hablaban el que disponía la dictadura.

Menos mal que no depende de un ser de tan amplio criterio, como el que tu tienes, el determinar si es un Idioma o no lo es.

Y por estas cosas es que te haces sencillamente insoportable.

Esto no es una broma. Es altamente ofensivo.

Cada vez que he tenido oportunidad he hablado muy bien de la tierra de tus ancestros y de sus habitantes, por eso es bueno no generalizar.

Tu no eres muestra de lo noble de esa tierra.

Y no pido disculpas.

Cancerbero dijo:
¡Carajo!, yo estaba bromeando, pero ya que la cosa va en serio…

Mi lengua materna es el español, y aún cuando admiro y chapuceo otras tres, el español es y será mi lengua.

No menosprecio ni menospreciaré jamás a otros pueblos ni otras lenguas, lo que dije lo dije en broma, sin embargo, ya que tocas el tema, respondamos.

Los catalanes son sumamente groseros con su idioma, les importa un carajo hablar en catalán aún cuando saben que hay una tercera persona que no lo entiende, no olvido tampoco, como en no pocos locales de Cataluña se brindó con cava las muertes del 11-M y no creas que es que confundo Cataluña con las vascongadas, no, no fue en Vitoria ni en Bilbao, fue en Cataluña o en Sabadell, esa Cataluña donde se ha impuesto una dictadura idiomática que poco tiene que envidiarle a cualquier republiquita bananera o a la misma de Franco, ¿o es que no sabes que en Cataluña los niños no tienen derecho a hablar español en el colegio?

No obvio ni olvido tampoco que en Cataluña se trata a los hispanohablantes con más desprecio del que sienten por los moros, que ya tiene tela.

Una cosa es el amor a la región y otra muy distinta el odio a España, del que detestan toda forma de presencia, en su gente, en su idioma, en absolutamente todo.

Ignorancia es que un mamagüevo catalán considere que un gallego, un madrileño o un canario en Cataluña es un extranjero y sea tratado como tal, eso si es ignorancia, y de paso resentimiento puro y duro.

Por mi hace años que catalanes, gallegos y vascos tendrían su independencia, y que le vendan sus productos a quien les salga de los cojones, menos a España y que busquen su propio puesto dentro de la CEE, que les esta muy bonita la chulería de hacerle ascos a toda España mientras viven de chupópteros.

Tampoco es broma, y para mi es altamente ofensivo que los catalanes celebren mis muertos, así que tampoco pido disculpas por pensar que son unos grandísimos cabrones.

Y esto si que no fue en broma.

domingo, 4 de febrero de 2007

De cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades

Lo que sigue es un fragmento de La Rebelión de Atlas, de Ayn Rand


-En la fábrica donde trabajé veinte años ocurrió algo extraño. Fue cuando el viejo murió y se hicieron cargo sus herederos. Eran tres: dos hijos y una hija que pusieron en práctica un nuevo plan para dirigir la empresa. Nos dejaron votar y todo el mundo, o casi todo el mundo, lo hizo favorablemente, porque no sabíamos en realidad de qué se trataba. Creíamos que ese plan era bueno, o mejor dicho, pensamos que se esperaba de nosotros que lo creyésemos bueno. Consistía en que cada empleado en esa fábrica trabajaría según su habilidad o destreza, y sería recompensado de acuerdo a sus necesidades. Nosotros... pero ¿qué le ocurre, señora? ¿Por qué me mira de ese modo?

-¿Cómo se llamaba esa fábrica? – preguntó Dagny con voz apenas perceptible.

-Twentieth Century Motor Company, señora. En Starnesville, Wisconsin.

-Continúe.

-Votamos por el plan en una gran reunión a la que asistimos unos seis mil, es decir, todos los que trabajábamos allí. Los herederos de Starnes pronunciaron largos discursos, no demasiado claros, pero nadie hizo preguntas. Ninguno estaba seguro de cómo funcionaría ese plan, pero todos pensábamos que nuestros compañeros lo habían comprendido. Si alguien tenía dudas al respecto, se sentía culpable y debía mantener la boca cerrada, porque todo aquel que se opusiera al plan hubiese parecido un desalmado, al que no era justo considerar humano. Nos dijeron que aquel plan significaba la concreción de un ideal muy noble. ¿Cómo íbamos a pensar lo contrario? ¿No habíamos oído decir durante toda nuestra vida, a nuestros padres y maestros, y a los pastores religiosos, leído en todos los periódicos y visto en todas las películas, y escuchado en todos los discursos públicos que aquello era recto y justo? Quizá nuestra conducta en la reunión podía ser comprensible hasta cierto punto. Votamos por el plan, y conseguimos lo previsto. Usted sabe, señora, que quienes trabajamos durante los cuatro años del plan en la fábrica Twentieth Century somos hombres marcados. ¿Qué se supone que es el infierno? Maldad, pura y simple, ¿verdad? Pues bien, eso es lo que vimos allí y lo que ayudamos a construir. Creo que estamos condenados por eso y quizá no se nos perdone nunca...

"¿Sabe cómo funcionó aquel plan y cuáles fueron sus efectos en nosotros? – continuó explicando el vagabundo –. Es como verter agua en un depósito en cuya parte inferior hay un caño por el que se vacía con más rapidez de la que usted lo llena y cada balde que echa dentro ensancha ese desagüe cada vez más, entonces cuanto más uno duramente trabaja, más se le exige; primero trabaja cuarenta horas semanales, luego cuarenta y ocho, y, más tarde, cincuenta y seis, para pagar la cena del vecino, la operación de su mujer, el sarampión del niño, la silla de ruedas de su madre, la camisa de su tío, la educación de su sobrino, o para el niño que ha nacido en la casa de al lado, o el que va a nacer; en fin para cuantos lo rodean, y que han de recibirlo todo, desde pañales a dentaduras postizas, mientras uno trabaja desde el amanecer hasta la noche, un mes tras otro y un año tras otro, sin tener más para mostrarles a esas personas que el propio sudor, sin otra expectativa que la complacencia de los demás para el resto de su vida, sin descanso, sin esperanza, sin fin... De cada uno según sus capacidades, para cada uno de acuerdo con sus necesidades...

"Nos dijeron que formábamos una gran familia, que todos participábamos en la empresa juntos, pero no todos trabajábamos ante la luz de acetileno diez horas diarias, ni padecíamos a la vez un dolor de vientre. ¿Cómo establecer, de un modo exacto, la capacidad de unos y las necesidades de otros? Cuando todo se hace en común, no es posible permitir que cualquiera decida sobre sus propias necesidades, ¿verdad? Si lo hace, pronto acabará pidiendo un yate, y si sus sentimientos son los únicos valores en que podemos basarnos, nos demostrará que es cierto. ¿Por qué no? Si no tengo derecho a tener un auto, hasta que caiga en una sala de hospital por haber trabajado para proporcionarle un coche a cada holgazán y a cada salvaje del mundo, ¿por qué no puede exigirme también un yate, si aún sigo de pie, si no he colapsado? ¿No? ¿Por qué no? Y entonces, ¿por qué no exigirme también que prescinda de la crema de mi café, hasta que él haya podido pintar su habitación...? ¡Oh, bien!... Acabamos decidiendo que nadie tenía derecho a juzgar sus propias necesidades o sus propias convicciones, y que era mejor votar sobre ello. Sí, señora, votábamos en una reunión pública que se celebraba dos veces al año. ¿De qué otro modo podíamos hacerlo? ¿Imagina lo que sucedía en semejantes reuniones? Bastó una sola para descubrir que nos habíamos convertido en mendigos, en unos mendigos de mala muerte, gimientes y llorones, ya que nadie podía reclamar su salario como una ganancia lícita, nadie tenía derechos ni sueldos, su trabajo no le pertenecía sino que pertenecía a ‘la familia’, mientras que ésta nada le debía a cambio y lo único que podía reclamarle eran sus propias ‘necesidades’, es decir, suplicar en público un alivio a las mismas, como cualquier pobre cuando detalla sus preocupaciones y miserias, desde los pantalones remendados al resfriado de su mujer, esperando que ‘la familia’ le arrojara una limosna. Tenía que declarar sus miserias, porque eran las miserias y no el trabajo lo que se había convertido en la moneda de aquel reino, así que se convirtió en una competencia de seis mil pordioseros, en la que cada uno reclamaba que su necesidad era peor que la de sus hermanos. ¿Qué otra cosa podíamos hacer? ¿Quiere saber lo que ocurrió? ¿Quiere saber quiénes mantuvieron la calma, sintiendo vergüenza y quiénes se aprovecharon de la situación?

"Pero eso no fue todo. En la misma reunión se descubrió otra cosa. La producción de la fábrica había disminuido en 40 por ciento en el primer semestre, y se llegó a la conclusión que alguien no había trabajado ‘de acuerdo con su destreza o capacidad’. ¿Quién era? ¿Cómo averiguarlo? La ‘familia’ votó también sobre eso. Así se determinó quiénes eran los más capacitados, y a éstos se los sentenció a trabajar horas extra cada noche durante los siguientes seis meses. Horas extras sin paga, porque no se pagaba por el tiempo trabajado, ni por la tarea realizada, sino tan sólo según las necesidades.

"¿Quiere que le cuente lo que sucedió después? ¿Y en qué clase de seres nos fuimos convirtiendo, los que alguna vez habíamos sido seres humanos? Empezamos a ocultar nuestras capacidades y conocimientos, a trabajar con lentitud y a procurar no hacer las cosas con más rapidez o mejor que un compañero. ¿Cómo actuar de otro modo, cuando sabíamos que rendir al máximo para ‘la familia’ no significaba que fueran a darnos las gracias ni a recompensarnos, sino que nos castigarían? Sabíamos que si un sinvergüenza arruinaba un grupo de motores, originando gastos a la compañía, ya fuese por descuido o por incompetencia, seríamos nosotros los que pagaríamos esos gastos con horas extra y trabajando hasta los domingos. Por eso, nos esforzamos en no sobresalir en ningún aspecto.

"Recuerdo a un joven que empezó lleno de entusiasmo por ese noble ideal, un muchacho brillante, sin estudios, pero con una inteligencia asombrosa. El primer año ideó un plan de trabajo que nos ahorró miles de horas-hombre y lo entregó a ‘la familia’, sin pedir nada a cambio, aunque tampoco hubiera podido hacerlo. Se portó como creía correcto, lo hacía por el ideal, según dijo. Pero cuando en una votación lo declararon el más inteligente de todos, y lo sentenciaron a trabajar de noche porque no habíamos conseguido extraerle aún lo suficiente, cerró la boca y el cerebro. Le aseguro que el segundo año no aportó ninguna idea nueva.

"¿Qué era eso que siempre nos habían dicho acerca de la competencia descarnada del sistema de ganancias, donde los hombres debían competir por ver quién realizaba mejor trabajo que sus colegas? ¿Cruel, no es así? Deberían haber visto lo que ocurría cuando todos competíamos por realizar el trabajo lo peor posible. No existe medio más seguro para destruir a un hombre, que ponerlo en una situación en la que no sólo desee no mejorar, sino que, además, día tras día se esfuerza en cumplir peor sus obligaciones. Dicho sistema acaba con él mucho antes que la bebida o el ocio, o el vivir haciendo malabares para tener una existencia digna. Pero no podíamos hacer otra cosa, estábamos condenados a la impotencia. La acusación que más temíamos era la de resultar sospechosos de capacidad o diligencia. La habilidad era como una hipoteca insalvable sobre uno mismo. ¿Para qué teníamos que trabajar? Sabíamos que el salario básico se nos entregaría del mismo modo, trabajáramos o no, recibiríamos la ‘asignación para casa y comida’, como se la llamaba, y más allá de eso no había chances de recibir nada, sin importar el esfuerzo. No podíamos planear la compra de un traje nuevo para el año siguiente porque quizá nos entregarían una ‘asignación para vestimenta’, o quizá no. Dependía de si alguien no se rompía una pierna, necesitaba una operación o traía al mundo más niños, y si no había dinero suficiente para adquirir ropas nuevas para todos, no lo habría para nadie.

"Recuerdo a cierto hombre que había trabajado duramente toda su vida porque siempre había querido que su hijo fuera a la universidad. Bueno, el muchacho terminó la secundaria durante el segundo año del plan, pero ‘la familia’ no quiso entregar al padre ninguna asignación para que siguiera sus estudios. Dijeron que su hijo no podía ir a la universidad hasta que hubiera suficiente dinero para que los hijos de todos pudieran hacerlo. El padre murió al año siguiente en una riña de bar. Una pelea sobre nada en particular, en la que salieron a relucir navajas. Ese tipo de altercados se estaban haciendo muy frecuentes entre nosotros.

"También, había un viejo viudo y sin familia que tenía una afición: los discos fonográficos. Creo que era todo cuanto pudo desear conseguir de la vida. En otros tiempos solía ahorrar en comida para poder comprar algún disco nuevo de música clásica. Pues bien: no le dieron "asignación" para discos por considerarlo ‘un lujo personal’ pero durante esa misma reunión, una niña fea y desagradable, de ocho años, llamada Millie Bush, que era la hija de alguno, consiguió que votaran para comprarle un par de aparatos de oro para sus dientes, porque se trataba de una ‘necesidad médica’ según el psicólogo que consideró que sino se enderezaban sus dientes, la niña tendría un complejo de inferioridad. El viejo amante de la música se dio a la bebida, hasta tal punto que rara vez lo veíamos sobrio. Pero había algo que no podía olvidar. Cierta noche, mientras se tambaleaba por una calle, vio a Millie Bush y empezó a darle puñetazos hasta dejarla sin un diente, ni uno solo.

"La bebida era lo único que nos proporcionaba algún consuelo y todos nos volcamos a ella en mayor o menor grado. No pregunte de dónde sacábamos el dinero. Cuando todos los placeres decentes quedan prohibidos, existen siempre medios para llegar a los vicios. No se entra a robar a un bar durante la noche ni se registran los bolsillos de un compañero para comprar sinfonías clásicas o adquirir accesorios de pesca, pero sí para emborracharse y olvidar. ¿Accesorios de pesca? ¿Escopetas de caza? ¿Cámaras fotográficas? No existían asignaciones para ese tipo de pasatiempos. La ‘diversión’ fue lo primero que quedó descartado.

"¿Es que acaso no se supone que uno debe avergonzarse por cuestionar cuando alguien nos pide que dejemos algo que nos da placer? Hasta nuestra ‘asignación para cigarrillos’ quedó reducida a dos paquetes mensuales, porque, según dijeron, el dinero debía usarse para comprar leche para los niños. La producción de niños fue la única que no disminuyó, sino que, por el contrario, se hizo cada vez mayor. La gente no tenía otra cosa que hacer y, por otra parte, no tenían por qué preocuparse, ya que los niños no eran una carga para ellos, sino para ‘la familia’. En realidad, la mejor posibilidad para obtener un respiro durante algún tiempo, era una ‘asignación infantil’, o una enfermedad grave.

"Pronto nos dimos cuenta de cómo funcionaba aquello. Quien quisiera jugar limpio, tenía que privarse de todo, perder el gusto por los placeres, aborrecer fumar o masticar chicle, preocupado de que hubiese alguien que necesitara más esas monedas. Sentía vergüenza de la comida que tragaba, preguntándose quién la habría pagado con sus horas extras, pues sabía que esa comida no era suya por derecho propio y prefería ser engañado antes que engañar. Podía aprovecharse, pero no hasta el punto de chupar la sangre de otro. No se casaba ni ayudaba en sus hogares para no ser una nueva carga para ‘la familia’. Además, si conservaba cierto sentido de la responsabilidad, no podía casarse y tener hijos, puesto que no le era posible planear, prometer, ni contar con nada. Pero los desorientados y los irresponsables se aprovecharon. Trajeron niños al mundo, se casaron, y trajeron consigo a todos los indignos parientes que tenían en todo el país, y a cada hermana soltera que quedaba embarazada y con el fin de obtener ‘asignaciones por incapacidad’, contrajeron más enfermedades de las que cualquier médico podía atender, arruinaron sus ropas, sus muebles y sus casas, pero ¡qué importaba!: ‘la familia’ pagaba todo. Así, encontraron más modos de tener ‘necesidades’ que los que nadie hubiera podido imaginar, desarrollaron una habilidad especial para eso, la única habilidad que mostraban.

"¡Por Dios, señora! ¿Se da cuenta de lo que sucedió? Se nos había dado una ley con la cual vivir y que llamaban ley moral, que castigaba a quienes la cumplían. Cuanto más tratábamos de vivir de acuerdo con esa ley, más sufríamos y cuando más la burlábamos, mayores recompensas obteníamos. La honestidad era una herramienta entregada a la deshonestidad ajena. Los honestos pagaban, mientras los deshonestos cobraban. El honesto perdía y el deshonesto ganaba. ¿Cuánto tiempo puede un ser humano permanecer bueno con semejante ley? Éramos un buen grupo de personas decentes al principio. No había demasiados oportunistas entre nosotros. Conocíamos bien nuestra tarea, nos sentíamos orgullosos de ella, y trabajábamos para la mejor fábrica del país, propiedad del viejo Starnes, que sólo admitía en su plantel a los más selectos obreros. Al cabo de un año del nuevo plan, no quedaba entre nosotros ni una sola persona decente. Aquello era maldad, la clase de maldad horrible e infernal con la que los predicadores solían asustarnos, pero que uno nunca imaginamos que existiera. No es que el plan haya incentivado a algunos cuantos bastardos, sino que transformó a la gente decente en cretinos, sin que se pudiera obrar de otra manera... ¡y a eso llamaban ideal moral!

"¿Para qué habríamos de desear trabajar? ¿Por amor a nuestros hermanos? ¿Qué hermanos? ¿Para los aprovechadores, los sinvergüenzas, los holgazanes que veíamos a nuestro alrededor? Si eran simuladores o incompetentes, si no querían trabajar o estaban incapacitados para hacerlo, ¿qué nos importaba a nosotros? Si quedábamos reducidos para toda la vida al nivel de su capacidad, fingida o real, ¿para qué preocuparnos? No teníamos manera de saber cuáles eran sus verdaderas condiciones, carecíamos de medios para controlar sus necesidades. Lo único que se sabía era que estábamos convertidos en bestias de carga, luchando ciegamente, en un lugar que era mitad hospital, mitad almacén, sin marchar hacia ningún objetivo, excepto la incompetencia, el desastre y las enfermedades. Éramos bestias colocadas allí como instrumentos de aquél que quisiera satisfacer las necesidades de otro.

"¿Amor fraternal? Fue allí cuando aprendimos a aborrecer a nuestros hermanos por primera vez en la vida. Los odiábamos por todas las comidas que ingerían, por los pequeños placeres que disfrutaban, por la nueva camisa de uno, el sombrero de la esposa de otro, una salida familiar, o la pintura de la casa, porque todo eso nos era quitado a nosotros, era pagado con nuestras privaciones, nuestras renuncias y nuestro hambre. Empezamos a espiarnos unos a otros, con la esperanza de sorprendernos en alguna mentira acerca de nuestras necesidades y disminuir las asignaciones en la próxima reunión. Y empezamos a servirnos de espías, que informaban acerca de los demás, revelando, por ejemplo, si alguien había comido pavo el domingo, posiblemente pagado con el producto de apuestas. Empezamos a meternos en las vidas ajenas, provocamos peleas familiares para lograr la expulsión de algún intruso. Cada vez que veíamos a alguno saliendo en serio con una chica, le hacíamos la vida imposible, y así arruinamos numerosos compromisos matrimoniales, porque no queríamos que nadie se casara, no queríamos más gente a la que alimentar.

"En los viejos tiempos, el nacimiento de un niño era celebrado con entusiasmo y generalmente ayudábamos a las familias a pagar sus facturas de la clínica si estaban apretadas. Pero luego, cuando nacía un niño, estábamos varias semanas sin dirigirle la palabra a sus padres. Para nosotros, los niños eran como las langostas para los agricultores. En otras épocas ayudábamos a quien tuviera enfermos en su casa, pero luego... Voy a contarle un solo caso. Se trataba de la madre de un hombre que llevaba con nosotros quince años. Era una anciana afable, alegre e inteligente, que nos llamaba por nuestros nombres de pila, y con la que todos solíamos simpatizar. Un día se cayó por la escalera del sótano, y se fracturó la cadera. Sabíamos lo que eso significaba, a su edad, y el médico dijo que tenía que ser internada en un hospital de la ciudad para someterla a un tratamiento costoso y prolongado. La anciana murió la noche antes de ser traslada a la ciudad para su internación. Nunca se pudo establecer la causa de su fallecimiento. No sé si fue asesinada, nadie lo dijo, nadie hablaba del tema. Todo cuanto sé es que... y esto es lo que no puedo olvidar... es que yo también deseé que muriera. ¡Que Dios nos perdone! Tal era la hermandad, la seguridad, la abundancia que se suponía que el famoso plan nos iba a brindar.

"¿Qué motivo había para que se predicara esta clase de horror? ¿Sacó alguien algún provecho de todo esto? Sí, los herederos de Starnes. No vaya usted a contestarme que sacrificaron una fortuna y que nos entregaron la fábrica como regalo, porque también en esto nos engañaron. Es verdad que entregaron la fábrica, pero los beneficios, señora, dependen de aquello que se quiere conseguir. Y no había dinero en el mundo que pudiese comprar lo que los herederos de Starnes buscaban porque el dinero es demasiado limpio e inocente para tal cosa.

"El más joven, Eric Starnes, era un sometido, sin valor ni energía para hacer nada en especial. Resultó electo director del departamento de Relaciones Públicas que no hacía nada y tenía a sus órdenes a un personal ocioso, por lo cual no tenía por qué quedarse en la oficina. Su paga, en realidad no debería llamarla así, porque no se ‘pagaba’ a nadie... la limosna que se votó para él, era muy modesta, algo así como diez veces mayor que la mía, pero a Eric no le importaba el dinero, porque no hubiera sabido qué hacer con él. Pasaba el tiempo entre nosotros, demostrándonos su compañerismo y su espíritu democrático. Le encantaba que la gente le demostrase afecto. Su mayor empeño consistía en recordarnos a cada instante que nos habían dado la fábrica. Ya no podíamos soportarlo.

"Gerald Starnes era nuestro director de producción. Nunca pudimos averiguar la medida de su rastrillaje de ganancias, pero hubiéramos necesitado todo un equipo de contadores y otro de ingenieros para saber de qué modo todo aquel dinero pasaba por una tubería directa o indirectamente a su despacho. Sin embargo, nada figuraba como beneficio particular, sino como medios con los que pagar los gastos de la compañía. Gerald tenía tres automóviles, cuatro secretarias y cinco teléfonos, y solía organizar fiestas con champán y caviar, que ningún gran magnate que pagara impuestos en el país podía permitirse. Gastó más dinero en un año que el que ganó su padre en los dos últimos de su vida. En su despacho encontramos unos cuarenta kilos de revistas, llenas de artículos sobre nuestra fábrica y nuestro noble plan, con grandes retratos de Gerald Starnes, en los que se lo mencionaba como un ‘gran paladín social’. Por la noche le gustaba entrar en las tiendas vestido de etiqueta, con gemelos de brillantes, del tamaño de monedas, desparramando la ceniza de su puro por doquier. Un bruto con plata que no tiene otra cosa que exhibir aparte de su dinero, ya es un tipo desagradable, pero al menos no necesita mostrar que el dinero es suyo y uno puede contemplarlo con la boca abierta si lo desea. Pero cuando un bastardo como Gerald Starnes se exhibe de ese modo y declara una y otra vez que no le preocupa la riqueza material y que sólo sirve a ‘la familia’, que todos aquellos lujos no son para él sino en beneficio del bien común porque es preciso mantener el prestigio de la firma y del noble plan de la misma... entonces es cuando uno aprende a aborrecer a esos seres como nunca se ha aborrecido a ningún ser humano.

"Pero su hermana Ivy era peor. A ella realmente no le importaba la riqueza material. La asignación que recibía no era mayor que la nuestra, y siempre iba con zapatos chatos y faldas simples y camisas, con el fin de demostrar su indiferencia. Era directora de Distribución, a cargo de nuestras necesidades, la que, en realidad, nos tenía agarrados del cuello. Se suponía que la distribución se realizaba por votación, por la voz de la gente, pero cuando la gente son seis mil voces roncas que tratan de decidir sin ningún criterio, medida o razón, cuando no existen reglas y cada uno puede pedir lo que quiera sin tener derecho a nada, cuando cada cual ejerce el derecho sobre la vida ajena pero no sobre la suya, todo acaba como efectivamente terminó: Ivy Starnes acabó siendo la voz del pueblo. Al finalizar el segundo año, abandonamos aquella farsa de las ‘reuniones de familia para proteger la eficacia productora y economizar tiempo’, que solían durar diez días, y todas las peticiones fueron enviadas directamente a la oficina de la señorita Starnes. No, no eran enviadas. Mejor dicho, cada peticionante en persona debía presentarse allí y ella elaboraba una lista de distribución que nos leía en una reunión que duraba tres cuartos de hora. Luego votábamos. Había diez minutos para la discusión y las objeciones, pero no formulábamos ninguna, para ese tiempo ya nos habíamos dado cuenta. Nadie puede dividir la renta de una fábrica entre miles de obreros, sin una norma con que medir el valor de la gente. La de la señorita Ivy era la adulación a su persona. ¿Desinteresada? En los tiempos de su padre todo su dinero no le hubiera permitido hablar al tipo más bajo de su empresa en el modo como ella solía hablarles a nuestros más hábiles obreros y a sus esposas. Tenía unos ojos pálidos, vidriosos, fríos y muertos. Si se quería conocer la maldad absoluta, bastaba con observar cómo resplandecían sus ojos cuando alguien le respondía a un cuestionamiento para entonces ya no recibir más que la "asignación básica". Al observar aquello, comprendíamos el motivo real de quienes fueran capaces de apreciar la consigna: ‘De cada cual según su capacidad; a cada cual según sus necesidades’.

"Allí residía el secreto de todo. Al principio no dejaba de preguntarme cómo era posible que hombres educados, justos y famosos, pudieran cometer un error semejante y presentar como buena tal abominación, cuando cinco minutos de reflexión les hubieran indicado lo que sucedería en caso de que alguien pusiera en práctica semejante idea. Ahora comprendo que no obraron así por error, porque errores de este tamaño no se cometen nunca inocentemente. Cuando alguien se hunde en alguna forma de locura, imposible de llevar a la práctica con buenos resultados, sin que exista, además, razón que la explique, es porque tiene motivos que no quiere revelar. Y nosotros no éramos tampoco tan inocentes cuando votamos a favor del plan, en la primera reunión. No lo hicimos sólo porque creyéramos que la vieja y empalagosa farsa que nos presentaban fuera buena. Teníamos otro motivo, pero la farsa nos ayudó a ocultarlo de nuestros vecinos y de nosotros mismos. La farsa nos daba una posibilidad de hacer pasar como virtud algo de lo que nos hubiéramos avergonzado. Ninguno votó sin pensar que dentro de una organización de tal clase participaría en los beneficios de quienes eran más hábiles que él. Nadie se consideró lo bastante rico y listo para no creer que alguien lo sobrepasaría, y este plan lo participaría de la riqueza y la inteligencia ajenas. Pero pensando conseguir beneficios de quienes estaban por encima, olvidamos que había seres inferiores, que buscaban lo mismo de nosotros, olvidamos a los inferiores que tratarían de explotarnos del mismo modo que cada uno intentaría explotar a sus superiores. El obrero impulsado por la idea de que sus necesidades le daban derecho a un automóvil como el de su jefe, olvidó que todo pordiosero y vagabundo de la tierra empezaría a exigir un refrigerador como el del obrero. Ése fue nuestro motivo real cuando votamos. Tal es la verdad pero no nos gustaba reconocerlo y cuanto más lo lamentábamos, más alto gritábamos nuestro amor hacia el bien común.

"Conseguimos lo que nos habíamos propuesto, pero cuando nos dimos cuenta de lo que aquello representaba, ya era demasiado tarde. Estábamos atrapados, sin lugar adónde huir. Los mejores de entre nosotros abandonaron la fábrica en la primera semana del plan. Así perdimos a los mejores ingenieros, supervisores, capataces y obreros especializados. Todo el que se respete no quiere verse convertido en vaca lechera de la comunidad. Algunos intentaron impedir el proyecto, pero no lo consiguieron. Los hombres huían de la fábrica como de una zona infectada, hasta que no quedaron más que los necesitados, sin habilidad ni condiciones.

"Si algunos de nosotros, dotados de ciertas cualidades, optamos por quedarnos, fue porque llevábamos allí muchos años. En los viejos tiempos, nadie renunciaba a Twentieth Century y no podíamos hacernos a la idea de que aquellas condiciones ya no existieran más. Transcurrido algún tiempo, nos fue imposible marcharnos, porque ningún otro empresario nos habría admitido, y no se los puede culpar. Nadie, ninguna persona respetable, quería tratar con nosotros. Los dueños de las tiendas donde comprábamos empezaron a abandonar Starnesville a toda prisa, hasta que no nos quedaron más que los bares, las salas de juego y algunos comerciantes estafadores y aprovechadores, que nos vendían bazofia a precios exorbitantes. Nuestras asignaciones fueron perdiendo valor a medida que aumentaba el costo de vida. En la empresa, la lista de los necesitados se fue estirando, al tiempo que la de sus clientes se acortaba. Cada vez era menor la riqueza a dividir entre más y más gente. En los viejos tiempos solía decirse que Twentieth Century Motors era una marca tan buena como el oro. No sé qué pensarían los herederos de Starnes si es que pensaban algo, pero tengo la impresión de que, igual que todos los planificadores sociales y los salvajes insensatos, estaban convencidos de que aquella marca era en sí misma una especie de emblema mágico dotado de un poder sobrenatural que los mantendría ricos, igual que a su padre. Pero cuando nuestros clientes empezaron a notar que nunca lográbamos entregar un pedido a tiempo, y que siempre había algún defecto en los que entregábamos, el mágico emblema empezó a operar en sentido inverso: la gente no aceptaba un motor marca Twentieth Century ni regalado. Llegó un momento en que nuestros únicos clientes fueron los que nunca pagaban ni pensaban hacerlo, pero Gerald Starnes, embrutecido y engreído por su propia publicidad, empezó a ir de un lado a otro con aire de superioridad moral, exigiendo que los empresarios nos pasaran pedidos, no porque nuestros motores fueran buenos, sino porque necesitábamos esos pedidos urgentemente.

"Por aquel entonces, una ciudad fue testigo de lo que generaciones de profesores pretendieron no observar. ¿Qué beneficios podría reportar nuestra necesidad a una central eléctrica, por ejemplo, si sus generadores se paraban a causa de un defecto en nuestros motores? ¿Qué beneficio reportaría a un hombre tendido en una camilla de operaciones, si, de pronto, se le cortara la luz? ¿Qué bien haría a los pasajeros de un avión si el motor fallaba en pleno vuelo? Y si adquirían nuestros productos no por su calidad sino por nuestra necesidad, ¿la acción moral del propietario de la central eléctrica, del cirujano y del fabricante del avión sería buena, justa y noble?

"Sin embargo, tal era la ley moral que profesores, directivos y pensadores habían querido establecer. Si esto fue lo que ocurrió en una pequeña ciudad donde todos nos conocíamos, ¿imagina lo que hubiera sido a escala mundial? ¿Imagina lo que hubiera ocurrido si hubiéramos tenido que vivir y trabajar, sujetos a todos los desastres y a todos los inconvenientes del planeta? Trabajar pensando en que si alguien fallaba en cualquier lugar, era uno quien debería pagarlo. Trabajar sin posibilidad alguna de progreso, con la comida, la ropa, el hogar y las distracciones pendientes de una estafa, una crisis de hambre o una peste en cualquier lugar del mundo. Trabajar sin posibilidades de una ración extra, hasta que los camboyanos tuvieran alimento suficiente o hasta que todos los patagónicos hubieran ido a la universidad. Trabajar con un cheque en blanco, en poder de cada criatura nacida, hombres a los que nunca vería, cuyas necesidades no conocería, cuya laboriosidad, pereza o mala fe nunca podría llegar a aprender o cuestionar. Tan sólo trabajar, trabajar y trabajar, dejando que las Ivys o los Geralds del mundo decidieran qué estómagos habrían de consumir el esfuerzo, los sueños y los días de su vida. ¿Es ésta la ley moral a aceptar? ¿Es éste un ideal moral?


"Lo intentamos y aprendimos la lección. Nuestra agonía duró cuatro años, desde la primera reunión hasta la última, y todo terminó del único modo que podía terminar: en la quiebra. Durante la última reunión, Ivy Starnes fue la única que intentó forcejear un poco. Pronunció un corto, desagradable y agresivo discurso en el que dijo que el plan había fracasado porque el resto del país no lo había aceptado, que una sola comunidad no podía llevarlo a la práctica y triunfar en medio de un mundo egoísta y avaro; que el plan era un ideal noble, pero que la naturaleza humana no estaba a su altura. Un joven, el mismo que había sido castigado por habernos dado una idea útil durante el primer año, se puso de pie, mientras todos seguíamos sentados en silencio, y se dirigió a Ivy Starnes, que ocupaba el estrado. No dijo nada, sino que la escupió en la cara. Y ése fue el fin del noble plan de Twentieth Century.

Ley antitabaco y libertad

Después de algunos días de observación y silencio, hoy tengo que hablar, y voy a hablar de lo que me interesa, la oposición, porque a mi los chavistas me llevan francamente sin cuidado.

Una de las cosas que lleva al fracaso constante de la oposición venezolana es la carencia total de una ideología como método aglutinante, la oposición no tiene ideología, su única meta es “salir de Chávez”, y no han llegado a la parte de preguntarse porque y lo mas importante, para que.

Los chavistas tienen una ideología, sea buena o mala, ellos tienen eso que se llama socialismo del siglo XXI, que probablemente no se sepan que coño es, no lo se yo, pero lo que quiera que sea, es su aglutinante, o al menos lo usan como tal, ¿y nosotros?, salir de Chávez, ¡vaya estupidez!, que argumento tan débil.

Escribo esto con relación a la ley antitabaco, asombrosamente para mí, defendida por no pocas personas de la oposición, y no se dan cuenta que el problema no es fumar o no fumar, el problema es de libertad.

No se puede legislar sobre mi derecho a fumar, por ninguna razón, yo tengo el derecho a usar mi libre albedrío para decidir que hacer, si fumo o si no fumo, es mi elección, y debe ser respetada.

Como debe ser respetado el derecho del propietario de un local a decidir si en su local, que es su propiedad, decide si en su local se fuma o no se fuma, es algo que va intrínseco en el derecho de la propiedad privada, es mi propiedad, yo decido que hacer con ella, y si me da la puta gana de que en mi local no se fume, pues no se fuma, y si me da la gana de decidir que si se fuma, pues se fuma, y al que no le guste, que no vaya.

Si una u otra decisión afecta el número de clientes, entonces tengo el derecho a cambiar mi posición, o mantenerla, pero en todo caso, no están legislando sobre algo que es o al menos debe ser enteramente mi decisión, no están legislando sobre mi libertad.

Sé que a veces vivir en un sistema de “libertad vigilada” es cómodo, me ahorra el trabajo de pensar que puedo hacer y que no, me evita el tomar decisiones, pero ¿están dispuestos a esa comodidad a cambio de la libertad?.

Por lo pronto es el tabaco y los perros, ahora el estado se adjudica el derecho a decidir que raza de perros puedo o no tener, en el municipio Libertador, la cría de perros Pit Bull está prohibida, ¿y quien mierda es el estado para prohibirme mis perros?, yo crío lo que a mi me sale del forro, es mi decisión.

Ahora se le quiere revocar la concesión a RCTV, porque “me hace daño verlo”, ¿y quien carajos son ellos para decidir lo que me hace daño y lo que no?, ¿acaso me están diciendo que soy una imbécil incapaz de tomarla decisión entre lo que es bueno y lo que no?.

Me niego a eso, como me negaría al cierre de VTV, cerrar VTV sería lesionar mi derecho a no ver ese canal, yo tengo derecho a no verlo, tengo derecho a cambiar de canal, a decidir que una opción no me gusta, en realidad hace años que no veo VTV, y poco veo RCTV, la verdad pocos canales nacionales, pero no los veo porque es mi decisión el no verlos, cuando no los veo estoy ejerciendo mi libertad de decidir lo que quiero y lo que no quiero ver.

Yo no quiero a Chávez, ni a su socialismo del siglo XXI, tan parecido al del siglo XX, pero no porque me caigan gordos, no los quiero porque lesionan mi libertad, yo no quiero salir de Chávez, yo lo que quiero es ser libre, y si para ser libre debo salir de Chávez, entonces es un paso necesario salir de él.

Mi fin último no es salir de Chávez, mi fin último es ser libre, y lucharé contra Chávez o cualquiera que se interponga entre mi libertad y yo, no me prestaré a lesionar la libertad de otro solo porque a mi me conviene, no me presto a la ley antitabaco, ni me presto a la prohibición de cría de perros, ni me presto al cierre de RCTV, pero no porque fume o críe perros o me guste RCTV, no me presto como no me prestaría al cierre de VTV, ni me presto al abuso de que están siendo víctimas los buhoneros.

Comprometer la libertad ajena, solo porque me conviene, es hipotecar mi libertad a futuro, porque eso dará pié a que se legisle luego sobre mi propia libertad.

Soy enemiga y lo será hasta la muerte, del socialismo, y lo soy porque el socialismo va en contra de mi individualidad, porque sepan señores, que es el individualismo y no otra cosa, el cáncer del socialismo, el del siglo XXI, el del XX y el de todos los tiempos.

¿Qué no les gusta que se fume en un local que frecuentan?, ejerzan entonces su libertad, la libertad que brinda el ser consumidor, enfrenten al dueño del local, expónganle que no van a volver al local y la razón, esa es la mano del libre mercado, en el libre mercado esa es la ley, pero no dejen reposar sobre un estado todo poderoso la responsabilidad que les toca, sino, tengan por seguro que mañana vendrán a imponer leyes que les van a afectar, y no para bien necesariamente.

Piensen un poco antes de decidir si están de acuerdo con la legislación de la libertad de otros, porque están dando pié para legislar a futuro sobre la suya propia, píensenlo.

jueves, 1 de febrero de 2007

Rumbo a la Idiocracia.

Es increíble la cantidad de cliché con que nos hacen crecer, pero hay uno muy interesante, las personas inteligentes son buenas y bien aceptadas por la sociedad, ¿en serio?.

Quizá en el hogar eso sea cierto, pero no lo es fuera, en el hogar porque es como ese perro gigante y de “raza potencialmente peligrosa” que tenemos en casa, lo tenemos desde que es cachorro, nos hemos acostumbrado a el, a sus grandes patas, a sus colmillos gruesos, a sus juegos bruscos, pero para alguien que lo ve sin conocerlo, es definitivamente una amenaza.

Al llegar al colegio el niño inteligente será indudablemente atacado, es “el nerd”, el “cerebrito” del salón, blanco de burlas de la “manada”, porque los menos inteligentes tienden a moverse por manadas, el mejor deportista, el más gracioso, y los más bonitos, andarán siempre en grupos, y atacarán al unísono al mas inteligente, no hay maldad propiamente en esto, lo hacen por miedo, la manada de mueve por estereotipos, sus creencias no son sólidas pues no provienen del pensamiento propio, de una secuencia lógica, sino que son valores adquiridos ya procesados, el bien y el mal no viene de un análisis propio, sino sencillamente porque alguien o algo les dijo que es bueno y que es malo.

El inteligente tiene valores propios, sacados como conclusión de sus propias ideas, como consecuencia es capaz de argumentar, y por lo tanto es una amenaza para aquellos valores pre establecidos que son la base ideológica de la manada.

En consecuencia la manada tratará de anular al inteligente.

De allí que la inteligencia sea proclamada como un valor, pero al mismo tiempo sea castigada, los mejores sueldos no son para los mas inteligentes, no sé de ningún científico que tenga un sueldo equiparable al de un deportista famoso.

A lo largo de la historia, los llamados “genios” han sido seres solitarios, aunque de verdad no sé si es que se autoexcluyen de la sociedad, o sencillamente esta los excluye.

Pero con los años, esta situación se ha agravado, dando pié a que la manada elija como líder al menos peligroso, que por decantación es también el más incapaz, así vemos líderes mundiales a los que poco les falta para ser absolutamente imbéciles

No voy a entrar en detalles sobre que los líderes mundiales de hoy, sean personajes de la talla intelectual de George Bush, Evo Morales, José Luis Rodríguez Zapatero o Hugo Chávez, pero me voy al caso concreto de Venezuela, porque le conozco.

En los meses previos a las elecciones, los venezolanos sí tuvimos un menú de opciones presidenciales, y en ese menú había desde historiadores, pasando por abogados y empresarios exitosos, hasta un militar golpista y con un desempeño deficiente en el cargo de presidente, y una por una las opciones fueron descartadas casi con rabia, hasta llegar a solo dos, la decantación se hizo hasta llegar hasta los mas idiotas, los menos capaces intelectualmente hablando, podíamos incluso disculpar la falta de carisma, pero la presencia de inteligencia, ¡jamás!, instintivamente se eligió a los que eran percibidos como menos peligrosos para la manada.

Como es lógico, un líder incapaz genera gente incapaz, y a su vez estos incapaces elegirán a los que no sean percibidos como riesgo, es decir, a los más incapaces, haciendo así una espiral descendente, que nos lleva rumbo a la idiocracia, en la que en mi opinión particular ya estamos.

Una sociedad que se emboba por el consumo de “la baba de caracol, que si hace que el caracol regenere su concha, por lógica regenera la piel, que digo yo, como a los científicos no se les ha ocurrido que el batido de lagartija hace que crezcan los miembros mutilados a los humanos, sería un gran avance, o un producto que hace adelgazar por su acción efervescente, ¿Por qué no adelgaza la sal de frutas, que también es efervescente?, ¡y la gente se lo traga!, ¡y los compra!, ¡insólito!.

Si creen eso, al punto de gastarse dinero, ¿por qué no creer que los bombillos tengan complicados sistema de vigilancia para ser espiados por el gobierno?.

Y definitivamente, una sociedad que compra baba de caracol, que toma remedios que por su acción efervescente disuelve la grasa, que cree que los bombillos pueden tener en su interior sistemas espías, ¿nos puede llevar a otra cosa que no sea a una idiocracia?, definitivamente no, y definitivamente, no merece, dado que no lo busca, otra cosa distinta a su propia destrucción.

domingo, 28 de enero de 2007

Los Buhoneros

Nuestro país siempre ha estado dividido, en ricos y pobres, especialmente, pero es ahora cuando esa división se nota más, porque ahora hay una división insólita, que va más allá de lo político, ahora es “la clase pensante” y “el pueblo”, porque sí, al parecer los que viven en urbanizaciones clase media no son pueblo.

Recuerdo en los días previos a las elecciones, cuando el candidato Manuel Rosales sacó su propuesta de “La Negra”, a mi modo de ver aquellos era un adefesio, una propuesta populista más, y así era percibida en los sectores menos favorecidos, sin embargo, el argumento de defensa de los rosalistas, al menos el más recurrido, era que “eso era lo que le gusta al pueblo”, dando por descontado que ellos, a pesar de ser venezolanos, no son pueblo.

Y es aquí donde viene la división mas profunda del país, la desconexión total de dos partes del país, que no se conocen entre sí, y que parecieran no tener mucho interés en conocerse.

Por ejemplo, participo en un foro, donde se comento la noticia de los buhoneros de la plaza Diego Arria, que a lo mejor ni sabes donde queda, yo no lo sabía, cuando me dijeron que era la misma Ciudad Saigón, fue que me enteré cual era, es ese submundo en Caracas donde se consigue de todo, pero especialmente lo relacionado con música y videos, increíblemente yo encontré allí una película que había sido estrenada hacía menos de una semana en su país de origen, EEUU, y lo mejor ¡traducida!, ¿como lo hacen?, no tengo ni idea, lo que sí sé es que ya quisiera el mercado formal una rapidez de respuesta como esa.

Lo que esta de moda, en vestido, en entretenimiento, los alimentos que no se consiguen en ningún otro lado, todo, no te molestes en buscar en las tiendas o en catálogos, tú busca entre los buhoneros para que estés al día.

En el campo político andan por la goma, quizá son los ciudadanos más concientes de lo que vale su voto, dicen que si el presidente quiere su voto para reafirmar la constitución, tendrá que tratarlos mejor, porque así por las malas, como que no podrá ser.

Si a clase “media y pensante” del país, estuviéramos tan claros como está “el lumpen que no sabe nada de nada”, a lo mejor ya hace rato que tuviéramos a nuestros políticos caminando por la goma.

Increíblemente, 20 buhoneros son capaces de cerrar una avenida sin mucho trámite, y de manifestar y llegar a donde desean, cosa que no hace la organizada oposición venezolana.

¿Y que piden los buhoneros?, espacio físico, quieren que los reubiquen en centros comerciales, grandes y cómodos, de fácil acceso, para ellos y sus clientes, con todas las comodidades de trabajo y aseo, que les permitan sindicalizarse, que se les permita pagar su seguro social y tener un plan de pensiones, acceso a la banca oficial, en fin, los informales quieren ser formales.

Así a simple vista, pareciera que “el lumpen” está mucho más claro que “la burguesía” y no solo eso, sino que pareciera que por sus venas corre la sangre del capitalismo más puro, y que definitivamente, les funciona.

Creo que esta es la demostración mas evidente de que un sistema, cuando se le permite funcionar sin regulaciones externas, termina por regularse a sí mismo.

jueves, 25 de enero de 2007

El primer y último mandamiento

I. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

II. No tomarás el nombre de Dios en vano..

III. Santificarás el día del Señor.

IV. Honrarás a tu padre y a tu madre.

V. No matarás.

VI. No cometerás adulterio.

VII. No robarás.

VIII. No levantarás falsos testimonios ni mentirás.

IX. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

X. No codiciarás los bienes ajenos.

Estos mandamientos se pueden resumir en solo dos,

  1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
  2. Amarás al prójimo como a ti mismo.

Hace siglos, “alguien” decidió que 10 reglas eran suficientes para garantizar la convivencia humana, los más creyentes pensarán que Dios, los menos creyentes que un hombre sabio, es más, para algunos, hasta sobran reglas, por eso otro “alguien” las resumió en solo dos, e insisto, los menos creyentes hasta pensarán que sigue sobrando una, con la segunda basta y sobra, dirán.

Pero el ser humano ha evolucionado, la sociedad poco a poco ha tomado el papel de Dios, no solo aumentando las reglas a seguir, sino peor, conculcándole el derecho divino más elevado del hombre, el libre albedrío.

Ya los fumadores hemos pasado por la picota, hay un nuevo mandamiento, “no fumarás”, vamos, porque hay personas a las que les molesta, y los contaminamos con nuestro humo, lo que sería loable, sino fuera porque los que somos población urbana, que es donde más hincapié se ha puesto a la medida, vivimos sepultados en una cantidad increíble de metros cúbicos de mierda “respirable”, así te encuentras, en plena Avenida Baralt, en el centro de la contaminada Caracas, en la terraza de un restaurancito, donde un gran letrero de “prohibido fumar”, te mantendrá libre del molesto humo del cigarrillo de tu vecino, mientras te despachas a gusto todo el monóxido de carbono que desees de los autobuses que te pasan a pocos metros.

Claro, que tú dirás, yo no soy fumador, así que no me va ni me viene, ¡pues te equivocas!, ¿te gustan las papas fritas?, ¡ol-vi-da-lo!, la alcaldía de Nueva York trabaja en una ley para prohibir las grasas polisaturadas en sus comidas, hay que entenderlo, eso te hace daño, y la sociedad actual ha decidido que eres lo suficientemente imbécil como para no tener el poder de decidir si las comes o no.

Y la lista seguirá, ya no te dirán solo que no puedes fumar, te dirán que comer, que beber, cuando beberlo, con quien, cuando y donde tendrás sexo, en este mundo de hoy todo está reglamentado, incluso tus decisiones, no te preocupes, ya no hay que decidir, ahora todo es fácil, si tienes dudas compra un libro de auto ayuda, los hay de todos los colores y sabores, desde los que te dice como buscar un queso que han cambiado de sitio, hasta los que te dan el secreto mágico de cómo mandar a la gente al carajo, que yo creía que era tan simple como decir: “vete al carajo”, pero no, su secreto ha de tener, porque tiene que tenerlo para ameritar escribir un libro sobre ello.

Sé que suena complejo, son muchas nuevas reglas, pero en realidad, como los mandamientos, todo se reduce a una, acata el nuevo mandamiento y serás feliz, NO PENSARÁS.